Siendo egresada de magisterio de educación secundaria, me enfrenté al desafío de ser tutor de mi sobrina que se encontraba en sus años de primaria durante la pandemia. En ese entonces, las clases eran modulares y ella, al igual que mis propios hijos en edad preescolar, necesitaban a alguien que realmente les enseñara cara a cara y que les brindara una experiencia práctica de aprendizaje. Investigué y trabajé en el aprendizaje para ajustar mi enfoque, ya que mi título me brindó habilidades para enseñar solo a estudiantes de secundaria. Esos dos años de tutoría a esos niños me permitieron adquirir experiencia en el manejo de mentes tan delicadas y jóvenes. Al día de hoy me encuentro ejerciendo mi profesión en una de las escuelas secundarias de mayor desempeño aquí en nuestra ciudad. De hecho, me alegra decir que en mis dos años como docente, he asistido a seminarios sobre planificación de lecciones y además nuestra escuela ofrece un seminario escolar mensual que presenta y revisa habilidades y estrategias para una mejor gestión de la enseñanza-aprendizaje.