Para que esto suceda, desarrollo la práctica de priorizar mi lista de tareas pendientes.
Me considero una persona agradable, apasionada y cortés. Como profesores, podemos ganarnos fácilmente el respeto de los alumnos si primero se sienten valorados. En primer lugar, el inglés es un idioma, no una base para el intelecto. Puede que seamos mejores hablando y comprendiendo inglés que nuestros alumnos, pero ellos pueden ser más inteligentes y hábiles que nosotros. A la hora de estudiar, nuestro país siempre ha sido tolerante con los diversos dialectos.
Estoy emocionada porque quiero que mis alumnos crean que tengo muchas ganas y compromiso de enseñarles bien, que lo aceptarán y que mejorarán en comprensión verbal, escrita y del idioma. Soy agradable porque quiero que mis alumnos crean que aprender inglés les permite comunicar ideas y hacer negocios fuera de su propio país, y que las oportunidades disponibles para ellos son infinitas.